domingo, 22 de noviembre de 2009

Salud bucodental en Ancianos



¿Cuál es su importancia?

La salud bucodental no puede separarse de la salud general. Se sabe que los desordenes orales, tienen un profundo impacto en la calidad de vida del anciano, ya que influyen en su salud física: en la capacidad para tragar, comer y hablar; en su salud mental al influir en la autoimagen; y en el rol social, facilitando los contactos sociales y una vida activa.

Por tanto, no olvidemos que nuestra boca es una parte integrada en nuestro organismo, y que cuando aparece una enfermedad en ella, se pueden originar alteraciones en otras zonas o áreas de la salud del anciano.




¿Cuáles son las características de la asistencia bucodental de los ancianos?

Los tipos de problemas bucodentales que el anciano puede y suele consultar no difieren de los restantes grupos etarios, aunque como en otras enfermedades muchos de ellos son más frecuentes según avanza la edad.

Por diferentes razones y a diferencia de otros trastornos físicos, los ancianos reciben tarde y pocos cuidados bucodentales, respecto a los adultos. Estas razones pueden ser:

La aceptación generalizada, de que es inevitable e irreversible la pérdida dental con la edad. Con una actitud fatalista de los ancianos, que consideran las discapacidades y el dolor como parte inherente del envejecimiento.

Una baja percepción de sus necesidades, tanto preventivas como de tratamiento bucodental por parte del anciano y sus familiares.

El temor y ansiedad, posiblemente basados en una experiencia displacentera en la juventud, relacionadas con el tratamiento bucodental, más sí requiere una intervención aunque sea pequeña.

Falta de información y asesoramiento, con ideas erróneas sobre los tratamientos bucodentales.

La actitud de los odontólogos, que en algunos casos, están llenos de prejuicios e ignorancia sobre el anciano y sus patologías más prevalentes.
El coste económico elevado del tratamiento bucodental, ya que es en su mayoría de carácter privado, teniendo en cuenta los escasos medios económicos de muchos ancianos. Existe un gradiente de clase social para las enfermedades bucodentales, siendo estas más frecuentes en clases bajas.

Las dificultades de acceso a los servicios dentales, con falta de condiciones de accesibilidad de la consulta como sillas con asientos algo más elevados, apoyabrazos y tacos de goma para evitar deslizamientos; pasillos con pasamanos; aseos señalizados para ser fácilmente localizados, así como falta de accesibilidad a aquellos enfermos incapacitados en sus domicilios o en áreas rurales.

Hábitos de salud desfavorables como la falta higiene oral, incluyendo acudir al dentista, han aumentado con la edad.

En España, el estado de salud bucodental de nuestros ancianos es bastante precario, quizás cambie en el futuro.

¿Cuáles son las enfermedades dentales en los ancianos?

El estado de salud dental viene determinado por las enfermedades dentales y por el tratamiento que dichos pacientes han recibido a lo largo de su vida. Recordemos, que la asistencia dental de los actuales ancianos ha estado mayoritariamente centrada en la extracción dental. Siendo ésta, la principal causa del bajo numero de dientes remanentes.

Actualmente, un 90% de las personas mayores de 65 años está parcialmente edéntulo y el 34% lo está completamente.Además, el estado de salud de los dientes remanentes es muy pobre, con importantes problemas de caries y de enfermedad periodontal..Así mismo los cambios que sufren con el envejecimiento los dientes y sus estructuras de soporte, originan un aumento de los problemas dentales.

Los problemas dentales de mayor relevancia en el anciano son las caries radiculares, la enfermedad periodontal y las prótesis dentales.

Caries radiculares

Se trata de un área cavitada o ablandada en la raíz dental, que puede o no afectar al esmalte adyacente. Es debida a la desmineralización por los ácidos derivados de ciertas bacterias de la placa.

Suele afectar con más frecuencia a los molares mandíbulares, seguidos de los dientes anteriores y los posteriores del maxilar superior.

Recomendaciones para detener el progreso de la caries radícular:

El primer paso, es un control estricto de la dieta, reduciendo la frecuencia y el momento de consumo de azúcar. Así, cuanto más sólido sea el alimento y fuera de las comidas es más cariogénico. El riesgo máximo es antes de dormir.

En segundo lugar, el control de la placa bacteriana con una higiene oral adecuada:

Es recomendable utilizar los cepillos de curvatura bien adaptada a las necesidades y penachos de cerdas centrales más cortas, así cómo los cepillos eléctricos para la remoción de la placa. Se debe cambiar de cepillo cada 3 meses.

Cepillarse los dientes durante 3 minutos despúes de cada comida.El cepillado del dorso de la lengua ayuda a remover los microorganismos causantes de la caries, disminuyendo la halitosis y mejorando el sentido del gusto.

Usar dentífricos con índices de abrasión ADR entre 50-100.También usar antisépticos como la clorhexidina a bajas concentraciones en enjuagues, que reducen la formación de la placa, aunque con los efectos colaterales de la pigmentación y trastorno del gusto. Se pueden usar tanto barnices y geles de alta concentración de clorhexidina como bactericidas.

¡Nunca es tarde para iniciar nuevas pautas de higiene!

En tercer lugar, se recomienda la remineralización de la lesión.



Se pueden utilizar tanto los fluoruros tópicos, con distintas presentaciones según la habilidad de cada individuo en su aplicación, como los barnices. Es mejor que sea aplicado por un dentista o higienista. Siempre hay que tener en cuenta la cantidad de flúor del agua de nuestra ciudad.

Si la caries esta bien establecida, su dentista tendrá que restaurarla usando la técnica y material apropiados según el tipo y lugar de la cavidad cariogénica.

En los ancianos con disminución del flujo salival, habrá que considerar la utilización de estimulantes de la salivación, teniendo en cuenta, si conserva dientes naturales, no usar estimulantes ácidos, para evitar su desmineralización

Prótesis dentales en el anciano

La característica más común del anciano es la pérdida gradual de todos sus dientes. Esto conlleva cambios en el tono muscular, descenso de la mandíbula, alteración de las relaciones verticales de la cara, crecimiento lingual, así como problemas de aislamiento social, alteración de la masticación, etc.

Todos ellos se agravan a medida que pasa el tiempo sin realizarse su restauración causando la inadecuada retención de la prótesis.
Pero no todo diente perdido debe ser reemplazado obligatoriamente: se debe colocar una prótesis dental atendiendo a satisfacer las necesidades funcionales como la masticación y el habla, las estéticas o sociales, y para dar confort y calidad de vida al anciano.

Por otra parte, el uso de prótesis dentales trae consigo otros problemas como el cuidado y conservación de los dientes remanentes de la propia prótesis y su ajuste periódico

Por tanto, las prótesis dentales solo deben considerarse el último tratamiento, intentando conservar los dientes naturales, sobre todo los mandibulares. Incluso en algunos casos es aconsejable conservar las raíces de los dientes, convenientemente preparadas, y colocar una sobredentadura.

Cuando esté indicada una dentadura parcial fija, debe siempre elegirse como 1ª alternativa, pero si el anciano no es capaz de realizar una correcta higiene, entonces conviene una prótesis parcial removible.

Recomendaciones para el cuidado y mantenimiento de las prótesis dentales

Las prótesis dentales deben limpiarse diariamente con un cepillo especial para prótesis, o un cepillo pequeño y suave para la higiene de las uñas, y con jabón sin perfumes. Posteriormente, tras enjuagarla, se debe introducir toda la noche en una solución limpiadora.

Si la prótesis es de resina, se utiliza una solución de hipoclorito sódico al 1 o 2 % (lejía diluida), se puede añadir un agente descalcificante de lavadoras (1 cucharada sopera por litro de agua) para que se disuelvan los depósitos ya calcificados.

Al día siguiente hay que volver a cepillar la prótesis y enjuagarla bien antes de ponérsela en la boca con agua fría.

En el mercado, no obstante existen multitud de preparados desinfectantes de prótesis atendiendo al tipo de la misma.

Es recomendable que mientras se lave la prótesis, se llene el lavabo con un poco de agua, para que en caso de caída de la prótesis, ésta no se golpee ni rompa.

Las personas que conservan dientes naturales deben limpiarlos sin la prótesis en la boca. No se debe olvidar limpiar la mucosa sobre la que asienta la prótesis, con un cepillo de cabeza pequeña y cerdas suaves para estimular la circulación.

Es fundamental que todas las prótesis sean retiradas de la cavidad bucal durante la noche.

El uso de fijadores para aumentar la retención de las prótesis es causa de una mayor resorción ósea, dañando a la mucosa oral y dificultando la higiene, por lo que no son recomendables.

Se pueden usar barnices de alta concentración de Clorhexidina para erradicar la placa bacteriana sobre la prótesis. El cepillado de la prótesis debe hacerse después de cada comida con un cepillo suave, jabón y agua fría, y se debe hacer una inmersión de 10-15 minutos en una solución antiséptica después de comer.

En los ancianos con prótesis parciales es recomendable una revisión y limpieza de la boca por el odontólogo cada 6 meses, mientras que con prótesis totales deben ser revisadas anualmente para asegurar un correcto ajuste y revisar los tejidos blandos. Las prótesis completas deberían reemplazarse al cabo de 36-60 meses de su colocación.

En los ancianos muy ancianos, o en los dependientes, deberá ser su cuidador o familiar quien ayude o realice estas tareas, para lo cual deberían ser entrenados por personal especializado.

No olvidemos que también es importante una correcta higiene buco-dental en ancianos con situaciones especiales (como pacientes terminales, sujetos portadores de sondas nasogástricas o pacientes dependientes con enfermedad de Alzheimer avanzada), para darles confort y calidad de vida.

Patologías de la mucosa oral en el anciano

El envejecimiento supone un aumento del riesgo de la presencia de alteraciones y patología de las mucosas de la boca. La mucosa bucal se vuelve más fina, lisa y seca con la edad, con un aspecto satinado y con pérdida de su elasticidad. Pero no olvidemos que sobre todo es el efecto sumativo de distintos factores externos sobre la mucosa, el causante de su patología.

Ejemplos de estos factores externos son el estado médico general, el número y tipo de fármacos, las deficiencias vitamínicas como A y B, las dosis acumulativas de alcohol y sobre todo de tabaco, los microtraumatismos continuados, el efecto de la radiación ultravioleta, la mala higiene oral y las prótesis y sus diferentes hábitos de uso.

La presencia de prótesis dental (mayor cuantas más prótesis existan en la boca, más antiguas y sobre todo las defectuosas), es el mayor factor de riesgo para la presentación de problemas mucosos y éste es un riesgo prevenible.

La probabilidad de presentación se puede multiplicar entre 5 y 8 veces entre los que no usan dentaduras o éstas están en buen estado con respecto a los que portan prótesis defectuosas, por ello se recomienda, el control y ajuste anual, así como la retirada nocturna de las prótesis, siendo este último uno de los elementos clave para la disminución de las lesiones mucosas, sobre todo Estomatitis y Candidiasis.

La frecuencia de alteraciones mucosas orales en ancianos es del 40 % aproximadamente. La mayoría son eritematosas, siendo menos frecuentes las blanquecinas y mucho menos las pigmentadas.

La localización más frecuente suele ser el paladar, seguido de los labios.

La mayoría de las lesiones bucales, relacionadas o no con prótesis dentales, son indoloras o poco dolorosas. Además, por el cambio del umbral doloroso del anciano, el uso de numerosos fármacos y la asunción de que cierto grado de dolor es normal, acuden tarde al odontólogo o al geriatra.

Existe una gran heterogeneidad de lesiones de la mucosa bucal, por lo que existen muchas clasificaciones generales y específicas de las mismas.

Algunas lesiones bucales hacernos sospechar una causa neoplásica, por lo que en algunos casos deben acudir al dentista o al geriatra para descartar una neoplasia mediante biopsia, e instaurar el tratamiento lo más rápidamente posible y así mejorar la supervivencia. Deben acudir inmediatamente a su médico o dentista en caso de lesiones que no curen en 10 días una vez suprimida la causa que la provoca, presencia de tumefacciones o protuberancias en la boca, placas blancas escamosas, molestias faringeas que no ceden, dolor o adormecimiento persistente y hemorragia constante.

Por tanto no deben dejar de acudir a su dentista o geriatra para revisar anualmente los tejidos bucales y las piezas dentarias o prótesis para poder tomar las medidas preventivas adecuadas para mejorar el estado de su salud bucodental.